Albóndigas de bacalao y patata

Recuerdo comer estas albóndigas (que parecen más a unas croquetas) cuando era pequeña. Aunque alguna vez se hacían en casa caseras, se solían comprar en la bolsa y se freían en casa. La verdad es que las croquetas tienen más elaboración, puesto que estas albóndigas solo tenemos que hervir el bacalao y la patata, el resto es mezclar bien y tener gracia para darles forma. Así que es sencillo y requiere de pocos ingredientes.

Yo las he adaptado para intolerantes a la fructosa, son bajas en FODMAPs (por lo que son aptas para SIBO o Síndrome de intestino irritable), sin lactosa y sin gluten, y te cuento las adaptaciones que he hecho. El ajo tan indispensable en esta receta lo he sustituido por asafétida ¿Asa, qué? Una especia india, apta para intolerantes, muchos dicen que maloliente (a mi no me pareció para tanto), que recuerda al sabor del ajo. Sé lo difícil que es encontrarla, aunque la tienes en tiendas hindúes, tiendas especializadas de especias o incluso amazon. Puedes sustituirlo por algo más común, el cebollino.

Por otra parte he reemplazado el perejil por rúcula, primero porque era lo que tenía en casa, y lo segundo porque el perejil tiene una alta dosis de una sustancia que es la apigenina, un potente bloqueador de los transportadores de la fructosa. 

Ya te he contado lo sencillo que es de hacer estas albóndigas, además puedes prepararlas en el horno, freidora de aire, freidora tradicional o sartén, como más te guste. En la sartén apenas necesitarás aceite e ir dándole la vuelta para que se hagan por todas sus partes. En la freidora de aire con 10 minutos a 180ºC es suficiente ¡Te lo dejo a tu elección!